Se enseña en muchas universidades en Alemania, así como en muchos otros países, entre ellos Italia, Japón, Corea y Suiza. Internacionalmente se reconoce hoy científicamente como método más válido en muchos laboratorios dentales en el trabajo diario. Las coordenadas de los movimientos mecánicos y naturales de la mandíbula se aplican, técnicamente, con la brújula oclusal y luego se transfieren a la modelización. Para cada dirección funcional de un color de la cera se asocia con el fin de reconocer, a primera vista, el efecto de los segmentos individuales en movimientos de masticación. Este concepto de trabajo, sólo para el modelado de la morfología funcional, se ha desarrollado a lo largo de décadas de estrecha cooperación entre el odontólogo y el técnico dental.